Todo negocio busca vender y promocionar sus productos, y una parte importante para que esto suceda es el espacio comercial en donde estos artículos se exhiben.
1.- Atraer.
EL principal objetivo de nuestra tienda o espacio comercial es atraer la atención de nuestros clientes o posibles prospectos, es decir; debemos centrarnos en crear estímulos y esto puede lograrse a través de elementos visuales como la iluminación y colocación del producto.
2.- Estimular.
Una vez atraída la atención del consumidor se debe continuidad: Crear un espacio agradable y estimulante.
Un espacio con mala circulación no será atractivo para el público. Desde su circulación y disposición de productos, como desde los materiales, los colores, las texturas y aromas definidos todos los elementos que apelan a los sentidos pueden ser parte de la propuesta. La vista, el olfato, el tacto, el oído o el gusto pueden invitar al consumidor a permanecer allí.
3.- Facilitar.
El cliente quiere sentir que la empresa le facilita la vida, que las cosas fluyen con velocidad, sin retos, sin normas caprichosas. Las empresas o los espacios comerciales deben estar a disposición de los clientes, no los clientes a disposición de la empresa.
Otro tanto ocurre dentro del espacio físico. Las características ergonómicas y arquitectónicas deben considerar las necesidades de los clientes.
4.- Enriquecer.
Un espacio comercial tiene que contar con un ambiente ameno. Por ejemplo: una verdulería orgánica, una juguetería didáctica o una librería, son sectores más propicios para asumir cualidades didácticas. Sin embargo, todos los rubros pueden estar atentos y ofrecer algunos estímulos relacionados con el conocimiento y el aprendizaje familiares para su nicho de mercado. Se trata de ofrecer experiencias memorables.
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